¿PODRÁN VENIR TIEMPOS MEJORES?

Pastor Uriel Campos
Pastor Uriel Campos

El Apóstol Pablo nos advierte al respecto de esta pregunta.

 

“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.”2 Timoteo 3:1-5.

 

Es necesario decir las cosas como son, y no como queremos que sean.

 

No se puede evadir la realidad ante las condiciones que vive el mundo actualmente, ante el oscuro panorama que se vislumbra en el horizonte.

 

No se puede decir que las cosas van a mejorar cuando la rebeldía abierta contra Dios se ha institucionalizado.

 

Dios no hace prosperar lo que se planea y ejecuta fuera de sus lineamientos éticos y morales; y eso es lo que predomina ahora en el mundo.

 

Todos los grandes sistemas económicos, políticos y sociales cuyos fundamentos son la injusticia, la mentira y la inmoralidad serán totalmente destruidos. Nada ni nadie podrá impedirlo. En su tiempo, los grandes apoyos se quebrarán por completo. ¡No quedará nada!

 

Son mentirosos todos aquellos falsos profetas que auguran un mundo mejor, cuando se han desechado los principios cristianos en sus leyes civiles.

 

¡CUIDADO CON CREER LAS MENTIRAS DE LOS FALSOS PROFETAS!

 

La Palabra de Dios dice todo lo contrario a estos anuncios de paz y seguridad. Es mentira, no podrán venir tiempos mejores cuando la rebeldía contra Dios esté latente en el mundo.

 

La Palabra de Dios no cesa de anunciar un juicio de grandes dimensiones para el mundo, en donde todos los fundamentos de la injusticia, la mentira y la inmoralidad cederán para no levantarse jamás.

 

El mundo va camino a ese juicio, en donde Dios ya determinó un día específico,  en el cual nadie puede posponer, boicotear o frenar. ¡Ese día ya está decretado!

 

Por cuanto Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia... Hechos 17:31.

 

Lógicamente no se sabe cuándo será, pero las señales dadas por nuestro Señor Jesucristo previo a su venida, ya se están cumpliendo al pie de la letra. (Ver publicación escrita en esta página el día: sábado 25 de octubre de 2014, titulada: “Ciertamente vengo en breve. Apocalipsis 22:20”)

 

Quienes anunciamos el pronto regreso de nuestro Señor Jesucristo, somos objeto de burla y menosprecio; sin embargo, no se pueden negar las señales. ¿Quién tiene razón? ¿Los burladores? O ¿La Palabra de Dios? Al respecto el apóstol Pedro escribe en su segunda carta:

 

“Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscenciasy diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. Más, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”2 Pedro 3:1-10.

 

No se trata de infundir miedo, sino de decir las cosas tal y como son.

 

Se trata de hacer un llamado a la conciencia para que haya un cambio de actitud en el cual se desechen las obras de las tinieblas para abrazar la luz de Cristo. La oportunidad de escapar del juicio es ahora y todos los días antes que el juicio se derrame; pero nadie hace caso al llamado de Dios a pesar de sus diversas y claras advertencias como las que ha hecho hoy.

 

La pregunta es... ¿Podrán venir tiempos mejores?

 

Si vendrán, pero cuando estas “primeras cosas” dejen de ser, porque mientras se consienta la maldad en todas sus formas nada podrá mejorar...

 

Lee con atención la revelación que tuvo el apóstol Juan cuando se encontraba en la isla de Patmos:

 

“Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su DiosEnjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” Apocalipsis 21:1-8.

 

Gracia y paz de Cristo.

 

 

Pastor Uriel Campos.

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